martes, 15 de abril de 2008

El remedio mágico

Érase una vez en un pueblo llamado Polinaus, había un músico ambulante que se llamaba Julián. Julián tenía dos perros, Kim y Lai a los que los llevaba a todas las giras en su moto acuatica/subterránea. 
 Kim, tenía una enfermedad demasiado grave que sólo se podía curar con un objeto mágico, por lo tanto, Julián tenía que aveiguar cuál era el objeto mágico y dónde lo podría encontrar.
 Pasó por un montón de veterinarias y farmacias, pero en ninguna estaban informados del tema. Entró a una de las últimas que quedaban en Polinaus y le preguntó a uno de los empleados si conocía algun objeto mágico que curaba todo tipo de enfermedad, y cuando termina de hacer la pregunta, interviene una peqeña de nueve años que estaba vestida toda de azul, estaba sentada con su perra esperando que la atiendan y dice "yo oí hablar de ese objeto mágico". Julián le empezó a hacer todo tipo de preguntas. Desde qué era ese objeto mágico hasta dónde lo podia conseguir. La pequeña vestida de azul, le dijo que ese objeto mágico era un sombrero con plumas y que lo podía conseguir en Faicur, un pueblo a quinientos kilómetros de Polinaus en la farmacia más grande del pueblo. Al día siguiente, él y sus dos perros, Kim y Lai, partieron en la lancha acuática/subterránea que los alimentaba, y se convertía en un hotel cinco estrellas con sólo golpearlo tres veces.
 Al llegar a Faicur, averiguaron con su súper rastreador, dónde quedaba esa farmacia. Finalmente la localizó y se dirigieron hacia allí, preguntaron por el sombrero con plumas y finalmente lo habían encontrado.
 El empleado se lo dió, porque la ley número 6451º dice que no se le puede negar a una persona ese objeto mágico, por lo tanto, quiere decir que hay demasiados sombreros con plumas mágicos.
 Julían le puso el sombrero a Kim, y Kim, empezó a temblar, eso quería decir que le estaba dando efecto y Julián se puso feliz.
 Finalmente se curó, Julián muy feliz le agradeció al empleado y se volvieron los tres felices a Polinaus.
 Más allá de su felicidad Julían le quería agradecer a la niña de vestido azul, porque sin ella no lo hubiesen logrado, entonces le prguntaron al empleado de la veterinaria donde estaba la pequeña los datos de ella, y se los dió, unos minutos después, fueron a su casa, y le agradecieron, hasta le dejaron un cachorrito de Kim y Lai, ya que habían tenido cachorritos.
 


                                                                  FIN


Nicolás Giaconi y Facundo Schusterman
 

1 comentario:

Diego dijo...

Bien redactada la historia. el problemita es que no cumpleron la consigna de la secuencia ¿cuál es el objeto perdido y recuperado? Otra cosa: No hay motos tan modernas en los mundos maravillosos. Revisen y corrijan!!!!1